No le gusta la Navidad
No le gusta la Navidad

Tomás (50 años, San Martín de Porres). Señora Moro, todos los años es lo mismo con mi mujer, quien se hace mil problemas por la Navidad. A mí, por el contrario, me encanta esta festividad.

Soy el más afanado en poner las luces en la fachada de mi casa, pintarla, y desde los primeros días desempolvo mis discos de Los Niños Cantores de Huaraz y de Los Toribianitos. Mis tres hijos siempre me ayudan y pasamos buenos momentos, sobre todo con los dos últimos, quienes están de vacaciones. Pero Hilda, mi esposa, hace que la Navidad sea ese dolor de cabeza que aparece sin avisar.

Siempre me reclama que no debo poner luces, que me puedo caer al colocarlas, que por eso sube el recibo de la luz, que no quiere cocinar para tanta gente -o sea, que no quiere que invite a la familia-, que no le gusta el pavo, que le cae pesado comer tarde. Cada año es siempre el mismo discurso que me tiene harto.

Hasta ahora me he ingeniado para mantener a mi familia unida, pero ella siempre busca problemas. Hasta en la casa de mis familiares, que es donde pasamos la Navidad, ella solo se queja. No quiere participar en nada y me hace quedar mal frente a mis seres queridos. Son casi 20 años soportando esto. Señora Moro, antes de casarme con Hilda, la Navidad era mi fecha favorita del año, más que mi cumpleaños.

Siempre me digo que es temporal, que cuando pase la Navidad mi esposa volverá a ser la mujer amorosa que es, pero no sabe cuánto me gustaría que cambiara ese mal genio que tiene, que aprenda a disfrutar con su familia de esta fiesta. ¿Qué hago?     

OJO CONSEJO:

Querido, hay que entender que no a todos les gusta la Navidad. Tal vez, el motivo de su conducta sea un pasaje de su infancia. Habla con ella. Suerte.

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