Magaly Moro

Alexis (28 años, Ate). Estimada señora Moro, no quiero parecer una persona superficial, pues no lo soy. Cuando le pedí a Carol que fuera mi novia, hace dos años, lo hice porque me parecía una mujer excepcional. No solo es preciosa, sino también sincera y divertida. Después de tanto tiempo sigo igual de enamorado como en ese entonces, pero no estoy seguro si decirle que su nuevo peinado no es de mi agrado en lo absoluto.

Ambos estamos separados por la cuarentena y solemos hacer videollamadas todos los días para no perder el contacto, ni la pasión. El problema es que un día su apariencia me sorprendió por completo, se había sometido a un cambio de look radical y quería saber mi opinión. Confieso que me quedé pasmado al ver a mi chica con el cabello corto y con un cerquillo totalmente recto y mal hecho. En lugar de decirle la verdad, mentí para no destrozar sus sentimientos.

“Te ves hermosa, amor. Ese peinado te queda de maravilla”, le dije.

Gracias a mis comentarios, Carol decidió subir su nuevo peinado a todas sus redes sociales y mostrar orgullosa el resultado de sus nuevas habilidades de estilista. Sin embargo, la respuesta no fue la esperada. Llorando y con el corazón roto, mi novia me contó que muchos la habían comparado con “Lord Farquaad”, un personaje de Shrek.

Aunque por dentro había pensado lo mismo, me quedé callado y traté de consolarla. ¿Estuvo bien lo que hice, doctora Magaly? Me da miedo decirle la verdad y que se sienta herida por mis comentarios. Ayúdeme.

Ojo al consejo

Estimado Alexis, fue incorrecto mentirle a tu novia; si Carol pidió tu opinión es porque realmente esperaba que fueras sincero con ella. Te aconsejo que le digas la verdad lo antes posible y trates de explicar los motivos por los cuales mentiste desde el inicio. Además, trata de usar las palabras adecuadas para que no se sienta mal sobre su nuevo look. Anímala. Mucha suerte.

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