Magaly Moro |

Anahí (36 años, Villa María del Triunfo). Señora Magaly, estoy preocupada por la salud de mi esposo Francisco. Por más que le he pedido encarecidamente que deje de beber cerveza, no está dispuesto a dar su brazo a torcer. Su médico le ha dicho que si sigue así, es probable que sufra de una enfermedad grave a futuro.

Su dependencia hacia el alcohol me asusta, doctora. Mi Panchito toma “chela” en cada una de las comidas, incluyendo el desayuno. A veces puede tomar hasta siete latas al día; creo que serían más si es que yo no lo paro. Debido a ello, solemos pelear fuertemente y nuestros hijos están hartos de nuestras discusiones.

Aunque Pancho no es un hombre agresivo, tanto alcohol en su organismo sí le pasa factura. Por ejemplo, mis hijas no se le acercan porque dicen que apesta a cerveza y ha tenido varias llamadas de atención en su trabajo por llegar borracho. Pese a ello, mi pareja no quiere entrar en razón. “¡Tú me conociste así! No voy a cambiar, ni tampoco voy a dejar mi chela. Déjame tranquilo”, me dice mientras se va a la refrigeradora como un adicto.

Si bien es cierto que él y yo nos conocimos en una cantina, cuando teníamos 22 años, ahora tenemos hijos, trabajo y muchas responsabilidades que cumplir. Además, nuestros pequeños hijos dependen de nosotros. No quiero que vean a su padre como un mal ejemplo.

Ay doctora, ¿qué me aconseja? Su adicción aumentó con la pandemia y ahora que no tiene trabajo está mucho peor. No quiero separarme de mi marido. ¡Ayúdeme!

OJO AL CONSEJO

Querida Anahí, el alcoholismo es un trastorno grave que solo se puede superar con ayuda profesional. Entiendo tus ganas de ayudar a tu pareja, pero tú no puedes cargar con todo sola.

Primero Francisco debe reconocer que tiene un problema de adicción al lado de un especialista. Inicia por ese pequeño paso y demuéstrale tu comprensión durante el proceso. Mucha suerte.

TAGS RELACIONADOS