Magaly Moro

Magdalena (33 años, Ate). Estimada doctora Magaly, me siento frustrada porque Roberto, mi novio, no comprende mi devoción y mucho menos quiere compartirla.

Le cuento qué es lo que está pasando. Me considero una persona muy devota del Señor de los Milagros. En octubre solía asistir a la misa que se oficiaba en su honor en Las Nazarenas y acompañaba a la sagrada imagen en su recorrido por las calles del centro de Lima.

Este año, al saber que todas las actividades por el mes morado se realizarían por internet, decidí organizarme de la mejor manera para no perder la oportunidad de ver las misas y los recorridos por esta plataforma. Mi objetivo era sentirme cerca del Cristo Morado a pesar de la distancia.

Ricardo, con quien tengo tres años de relación, sabe de mi devoción. El pasado sábado 3 de octubre le pedí que se sentara a escuchar la misa conmigo, pero no quiso. Me dijo que le dolía la cabeza y que prefería descansar. Al día siguiente, le volví a pedir que viera conmigo la ceremonia que se estaba transmitiendo por Facebook, pero una vez más no accedió. Le dije que me sorprendía su actitud porque años anteriores íbamos a la misa y procesión juntos. Le pregunté a qué se debía su negativa ahora y me respondió que una misa por internet no le produce emociones, que no se siente cercano al Señor y que por eso no está interesado en participar en las actuales actividades religiosas. Le pedí que cambie de opinión y me acompañe, pero se negó rotundamente. Eso me dolió. ¿Qué hago para convencerlo?

Ojo al consejo

Estimada Magdalena, entiendo tu malestar, sin embargo, considero que debes respetar los puntos de vista y el sentir de Roberto. Él tiene su propia forma de ver las cosas y no necesariamente deben coincidir con las tuyas. No te sientas mal, tal vez en algún momento se anima y te acompaña durante las misas virtuales. No lo presiones. Mucha suerte.