No quiero ser paño de lágrimas
No quiero ser paño de lágrimas

Por: Magaly moro

magalymoro@grupoepensa.pe

Marjorie (20, Magdalena del Amor). Me siento emocionada y a la vez con muchas dudas por la proposición que acabo de recibir. Hay un chico que siempre me ha gustado; lo conocí en el colegio y actualmente estudiamos en la misma universidad. Pese a esta cercanía, jamás habíamos intercambiado palabras hasta el ciclo pasado, cuando nos emparejaron para hacer trabajo de cinematografía. Como me encanta el curso y a él también, hubo buena química al instante.

Por esta casualidad de la vida, nos volvimos amigos. Me contó de sus aventuras amorosas y yo le hablaba de las cosas que me ocurrían a mí. Me apenaba no haberlo conocido antes, aunque estudiábamos juntos. Conversar con Ignacio me hacía muy feliz, pero en el fondo siempre lo veía como algo más que un amigo.

Su enamorada Lucía era su pareja; yo la conocía de vista, pues estaba en otro salón. Entonces, me conformé con la idea de ser su amiga. Traté de salir con otros chicos, pero tener cerca a Ignacio me provocaba nervios y me resultaba difícil fijarme en alguien más; por esa razón, sigo soltera. Hace algunas semanas, terminaron la clases y quedé en verme con unas amigas para la fiesta de Año Nuevo. Mientras estaba alistando algunas cosas para ir a la casa de playa, Ignacio me llamó y me dijo que había terminado con Lucía, porque lo había engañado.

Me contó los detalles y me pidió pasar las fiestas juntos. Le expliqué que ya tenía planes y me preguntó si se podía unir; pero me negué. Me ha vuelto a llamar para que esté a su lado. Me siento feliz, pero no quiero ser su paño de lágrimas. Doctora, ¿qué hago?

OJO CONSEJO:

Te recomiendo ser paciente y tomar las cosas con calma. Pasa un rato con él; quizás solo quiere conversar con alguien y te ve como una consejera. 

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