Magaly Moro

Magaly Moro

Julio Alberto (45 años, Pueblo Libre). No entiendo a las mujeres, doctora Moro. Siempre soy galante y educado, la clase de hombre que cualquier respetable dama desearía. Sin embargo, siempre me va mal en el amor. A veces creo que ellas solo buscan enamorarse de patanes que no saben valorarlas y no les guardan fidelidad.

Hace poco conocí a Julieta, una vecina que llegó a nuestro barrio en abril. Desde entonces, he intentado acercarme a ella. Primero, la veía salir de su casa todos los días, luego tomaba nota de su rutina diaria: a qué hora salía, a dónde iba, qué días y todos esos detalles que hace alguien ilusionado como yo. Después de mucho tiempo en esa situación, me animé a acercarme y la seguí hasta su trabajo. Cuando llegué a saludarla, ella, en vez de emocionarse, se veía asustada, como si yo fuera un completo extraño para ella. ¿Acaso no sabe que somos vecinos y que nos vemos a diario en el paradero? Me pareció un poco descortés, pero no dije nada. Solo me limité a hacerle un gesto con la mano y me marché. No obstante, la decepción que me llevé luego fue terrible.

En la noche, minutos después de que saliera de su trabajo, vi cómo un hombre se le acercaba y la abrazaba con una desagradable familiaridad para después besarla. A todo esto, ella respondía muy sonriente. ¿Dónde quedaba yo? Julieta me cambia como si yo fuera poca cosa, ¿olvidó lo que hice por ella?, ¿todo el tiempo invertido para que podamos ser una pareja feliz no sirvió para nada? Señora Moro, ¿qué debo hacer? Esa mujer es malvada y debe saberlo. Necesito su ayuda, por favor.

Ojo al consejo

Julio, debes evaluar si lo de ustedes tuvo un inicio. Acude con un especialista con quien puedas conversar de aquello que te aflige, ordena tu mente y te aseguro que te sentirás mejor. Si Julieta es feliz, debes dejar que siga su camino. Concéntrate en ti y en estar bien contigo mismo. Recuerda que la orientación de un experto será clave para tu bienestar y para que encuentres el amor.