Calixto (50 años, San Juan de Miraflores). Doctora Moro, estoy en una situación que no sé cómo manejarla.
Me casé hace 25 años con Marcela y nosotros, como cualquier pareja, hemos tenido altibajos, discusiones y todo aquello por lo que pasa un matrimonio de años. Lo normal. Y siempre lo hemos superado juntos.
Sin embargo, lo que estoy viviendo ahora es totalmente distinto. Hace dos meses, Leticia, su hermana, se mudó a nuestra casa porque su esposo la abandonó y ella asegura estar muy deprimida.
Como era de esperarse, mi esposa le abrió las puertas de nuestro hogar, decidió apoyarla y alojarla hasta que se encuentre mejor.
Los primeros días, mi cuñada se mostró muy servicial con todos. Decía que no quería ser una molestia ni incomodar a nadie. Yo, por mi parte, siempre he sido amable con ella, pero creo que ha malinterpretado mis gestos y ahora me está seduciendo.
Mientras mi mujer se va al mercado o sale un momento, Leticia me hace insinuaciones que me alteran.
Nunca la creía capaz de algo tan bajo y no sé cómo alejarla de mi vida. Sé que si le cuento lo que ocurre a mi mujer, no me va a creer, me va a echar de la casa, hasta me tildará de viejo verde.
Me encuentro desesperado, doctora, quiero ser sincero con ella, pero siento que si lo soy, la voy a perder para siempre.
Su hermana está completamente loca. Intentar arruinar nuestro amor por puro capricho es enfermizo.
Ayúdeme, doctora, ¿qué puedo hacer? No quiero actuar de forma imprudente y luego estar perjudicado.
OJO CONSEJO:
Estimado Calixto, no temas hablar con Marcela y decirle lo que está ocurriendo. Recuerda que si no existe confianza en la pareja todo se arruinará. Suerte.
HAY MÁS...