Magaly Moro

Brunella (30 años, Cercado de Lima). Doctora Magaly Moro, estoy atrapada entre un nuevo amor y el recuerdo de otro. Hace cinco años estuve a punto de casarme con Salvador, pero tuvimos la terrible idea de hacer un viaje a Trujillo para despedirnos de nuestra soltería. La pasamos increíble, pero lastimosamente cuando estábamos yendo al terminal para regresar a Lima, unos delincuentes nos asaltaron y lo mataron a sangre fría. Tras esto, pasé los meses más espantosos, estaba muerta en vida y no dejaba de llorar porque sentía que me habían alterado el final de mi cuento de hadas. Tenía lágrimas de impotencia, de dolor y resignación. Sabía que por más drama que hiciera nada me devolvería a mi “Salva”.

A dos semanas de su entierro, la madre de mi difunto prometido me dijo que donaría su ropa y sus libros porque verlos a diario le hacía mucho daño. Me negué a esa decisión y decidí llevar todo a mi casa. No eran muchas cosas porque Salvador tenía la ropa necesaria. Muchas noches dormí abrazando sus casacas porque aún conservaban su olor, pero con el tiempo la psicóloga me recomendó guardar todo en una caja. Pasaron los años y conocí a Roberto. Me di una nueva oportunidad, tanto así que él ya quiere vivir conmigo. Sin embargo, cuando estábamos acomodando mi cuarto para hacerle un espacio, encontró las cosas de mi novio fallecido. No se enojó, pero me pidió que me deshaga de eso. Yo me negué, él se asombró y me pidió que decida porque no puede competir con un muerto. ¿Qué hago, doctora?

Ojo al consejo

Brunella, ya han pasado muchos años y, como tú lo dices, te estás dando una oportunidad, entonces apuesta todo por esta nueva relación. Debes dejar ir a Salvador porque, a pesar de que lo amaste tanto, él ya no forma parte de tu presente. Si deseas quedarte con algún recuerdo puedes guardar su libro favorito o alguna prenda y el resto donarlo. Piénsalo. Suerte.