Carretera Central: Continúa el drama por caída de huaicos [FOTOS]
Carretera Central: Continúa el drama por caída de huaicos [FOTOS]

Una vez más, la naturaleza desató su furia y nada parece apaciguarla. En el tercer día de una emergencia que cogió a todos desprevenidos, las aguas del río Rímac, que se desbordaron de su cauce el último domingo, siguen azotando violentamente varios tramos de la Carretera Central provocando el dolor de todo un pueblo, así como pérdidas económicas.

Tras ese primer desborde, la vía nacional, que une Lima con Junín, fue reabierta parcialmente debido a que la maquinaria pesada logró controlar el cauce; sin embargo, el río Rímac no dio tregua y el último lunes volvió a rugir furioso e invadirla, dejando atrapados a seis vehículos que se atrevieron a continuar la marcha. Los pasajeros del camión W1D-934 tuvieron que ser rescatados con sogas.

FURIA DE LA NATURALEZA

Eran la 6 a.m. de aquel lunes cuando Plácido Mamani junto a su esposa y sus cuatro hijos aún dormían sobre una misma cama hecha de ladrillos y cartones, cuando de pronto un fuerte golpe interrumpió sus sueños y los obligó a salir corriendo de su humilde lecho. “Temimos lo peor, que el río nos iba a tapar. Abrace a mis hijos como despidiéndome de ellos. Pensé que era el fin”, contó a OJO Plácido aún con cierto temor en la mirada.

Ese día las aguas del afluente salieron violentamente del cauce y no solo invadieron los carriles de ambos sentidos de la vía nacional, sino que destruyeron la casa de Plácido y al menos unas quince viviendas más, hechas de adobe y quincha, en el sector de Chacahuaro, distrito de San Mateo, en Huarochirí.

Los afectados no solo se preocuparon en rescatar sus objetos de valor, sino también en poner a salvo a sus animales como vacas, becerros, gallinas, entre otros. Algunos de ellos murieron ahogados por las furiosas aguas.

Los damnificados pernoctaron esa noche en carpas que les fueron donadas por Indeci. Sin embargo, el apoyo no fue suficiente. “Solo nos dieron las carpas, pero no alimentos ni frazadas. Temblábamos de frío”, contó un afectado.

DAMNIFICADOS

Los vecinos no son los únicos que sufren los estragos de la naturaleza. Los pasajeros de los camiones que trasladaban frutas y verduras y aquellos que se dirigían al centro del país quedaron perplejos cuando los vehículos en los que viajaban quedaron inundados, varios hasta por encima de las llantas, y no podían avanzar.

La desesperación fue tan grande que muchos no dudaron en descender raudos de los vehículos. En su intención de ponerse a buen recaudo, decenas de personas, especialmente mujeres y niños, perdieron sus zapatos y se hicieron heridas en los pies.

Ellos fueron atendidos hoy por personal de EsSalud que se trasladó hasta la zona de emergencia para dotarlos de agua. “Yo calzó 36 y los zapatos que me dieron son de hombre y de talla 43. Los míos fueron arrastrados por el río”, contó Eugenia, quien venía desde Chanchamayo hasta Lima.

Con la esperanza de que la situación mejore, ayer cientos de personas decidieron continuar su camino y avanzar por la Carretera Central a pie. El personal del Ejército peruano ayudaba a cargar a varios de ellos sus mercaderías o a los niños que estaban cansados o sufrían desmayos. “Tengo que regresar a La Oroya. Es allí donde trabajo. Solo vine de visita a Lima. El carro se quedó varado, pero tengo que llegar, si no me despiden”, dijo Clotilde, quien trataba de avanzar con las fuerzas que podía en el km 80 de la Carretera Central, con su hijo cargado en la espalda.

Ante la dramática situación, se dispuso la implementación de un puente aéreo entre Lima y Junín, para desplazar a la ciudad a los damnificados.

MIRA ESTO:

TAGS RELACIONADOS