Corea de Norte anunció ayer que ha entrado en 'estado de guerra' y advirtió de un 'combate a gran escala' fuera de la región, a través de un comunicado de la agencia estatal norcoreana KCNA.
'Desde ahora, las relaciones Norte-Sur entrarán en estado de guerra y los asuntos que surjan entre el Norte y el Sur serán tratados de acuerdo con ello', señaló el régimen a través de un anuncio especial publicado en la agencia estatal.
En su habitual tono belicista, los medios norcoreanos publicaron que su líder Kim Jong-un ordenó tener preparados sus misiles para atacar en 'cualquier momento' intereses de EE.UU. y Corea del Sur.
Que los misiles 'estén preparados para disparar y golpear en cualquier momento territorio de EE.UU., sus bases militares en el Pacífico, incluidos Hawai y Guam, y las de Corea del Sur', detalla el comunicado.
'Ha llegado el momento de ajustar cuentas' con EE.UU., se lee en la nota. 'La decisión importante tomada por el Mariscal', en medio de la grave situación en la península coreana, 'al borde de una guerra nuclear', marcará un 'punto de inflexión' y pondrá fin al enfrentamiento con la primera potencial mundial, concluye el despacho del régimen.
La amenaza se produce después de que EE.UU. enviara a Corea del Sur dos bombarderos B-2 Spirit dotados con tecnología furtiva para penetrar defensas antiaéreas y descargar bombas nucleares.