El Hulk  del Congreso
El Hulk del Congreso

Miguel Castro es el fortachón del Congreso de la República, el Hulk. Pertenece a las filas de Fuerza Popular, es abogado -al igual que su esposa de ascendencia china- y da con palo a los programas reality, en los que abundan los anabólicos y artificios para crear musculatura. Él prefiere el gimnasio, salir a correr y comer sano. Si no, ahí está la “jefa” para cuadrarlo. Se lo cuenta todo a OJO.

Usted es un congresista deportista a simple vista...

Bueno, realizo ejercicios para estar bien de salud. Y lo hago desde muy joven. Hoy tengo menos tiempo, pero trato de buscarme un espacio.

¿Cuántas veces a la semana realiza deportes?

Suelo ir cuatro o cinco veces al gimnasio. No solo son máquinas, también salgo a correr tres veces a la semana. Y nado en verano.

¿Usted toma vitaminas? Se le ve fortachón...

Siempre tienes que tomarlas para suplementarte.

¿También toma anabólicos? Muchos chicos de los realities lo hacen...

Creo que estos programas no son contributivos y muchos de mis colegas también se han manifestado en contra. Buscan, a través de la belleza física, un modelo que termina siendo equivocado.

¿Pero los toma o no?

Estoy en contra de ellos, son contraindicados y hacen daño a la salud. Uno no debe tomarlos.

¿Qué le parece que algunos adolescentes imiten a los llamados “guerreritos”?

No deberían de hacerlo. Algunos concursantes, incluso, toman suplementos anabólicos que están prohibidos no solamente en este país, sino en todo el mundo porque hacen daño a la salud. Uno tiene que hacer actividad física pensando en su salud y no buscando la perfección.

AMOR ASIÁTICO

Usted debe ser uno de los congresistas más piropeados...

Ja, ja, ja. Soy casado y tengo tres hijas: Lucia, Sofía y Olivia. Si no las menciono me matan en casa.

¿Diría que es pisado?

No soy pisado, soy educado y obediente con ella (esposa). Compartimos la misma profesión y juntos hemos construido nuestra vida, no solo profesional sino también empresarial.

¿Cómo la conoció?

A Karen la conocí en el año 97 o 98. Recién se iniciaba el Servicio de Administración Tributaria. Ingresamos por concurso público, en esa época eran 5000 postulantes para 70 vacantes. Ingresamos y nos conocimos.

¿Fue difícil conquistarla?

En ese tiempo ella tenía pareja y yo también. Recuerdo que una vez la acompañé a la universidad y le dije que si yo no tuviera pareja y ella tampoco, estaba seguro de que estaríamos.

Era una mandada indirecta...

Bueno, pero luego de dos años de amistad fuimos enamorados. Fue en una fiesta y la besé de frente. Siempre uno tiene que ser así, ahora ya mandándote nada es seguro (risas).

¿A qué edad fue eso?

Yo tenía 26 y ella 19. Me gustan las asiáticas y ella es de ascendencia China, de apellido Lay.

¿Cuántas enamoradas ha tenido?

Solo dos, he sido un tipo tranquilo, prácticamente un nerd. La primera a los 17, claro hablo de la formal. Luego vino mi esposa y ya tenemos casi 20 años juntos.

¿Es usted romanticón?

Soy práctico, pero nunca me olvido del ramo de flores para mi esposa y de decirle palabras hermosas.

¿Cocina en casa?

Claro, un buen arroz chaufa a la lotera es espectacular, estilo selvático.

¿Quién le parece la más simpática del Congreso?

Todas. Mira, soy padre de tres hijas y valoro a la mujer independientemente de su belleza física, que es muy relativa. Si me pondrías entre una supermodelo y una mujer inteligente, me atrae la más chancona, con ella puedes conversar.

En la campaña se le vio manejando moto…

Bueno, en el Amazonas, el vehículo que nos transporta es la motocicleta. Aunque acá es más complicado, siempre tratamos de darnos una vuelta en la moto que tenemos desde hace años.

Bueno, en el Amazonas, el vehículo que nos transporta es la motocicleta. Aunque acá es más complicado, siempre tratamos de darnos una vuelta en la moto que tenemos desde hace años.