“Espero poder casarme en mi país”
“Espero poder casarme en mi país”

¿Cómo se ve a los 60 años?, le preguntamos al congresista oficialista Alberto de Belaunde. Luego de soltar una carcajada nerviosa, se quedó en silencio unos segundos y respondió: “Espero seguir con mi novio, espero ya poder estar casado en mi país y espero poder seguir rodeado de la familia y amigos que quiero tanto”.

Pero no solo habló del amor del futuro, sino también del pasado. A los 20 años dio su primer beso consciente de lo que significa estar enamorado y un año antes habló con sus padres sobre su homosexualidad. Tratar el tema, según cuenta, fue fácil.

“Mi familia siempre ha sido muy liberal. Mi papá fue el abogado que constituyó el Movimiento Homosexual de Lima como asociación civil. Reconozco que es una situación absolutamente privilegiada y que la mayoría de hombres y mujeres LGTB en el Perú la pasan mal”, afirmó.

Aunque fue a los 19 años cuando se sintió más cómodo para conversar al respecto con sus padres, era consciente de su orientación sexual desde los 13 años.

“A veces la gente habla de opción sexual, pero, en realidad, a mí nunca nadie me dio para elegir. No es que había folletos de diferentes opciones. Ah, mira, se visten bien, ah ya, quiero este. No existe algo así. Es una orientación y es algo inherente a las personas”, manifestó.

NIÑEZ. Uno de los talentos poco conocidos del legislador de 30 años es su habilidad con la flauta dulce. “Sería bacán tocar en algún momento con el Presidente”, confiesa mientras enseña una fotografía que le tomaron con el instrumento musical a los siete años.

En ese entonces, le gustaba tocar con su flauta las canciones de Los Beatles, su grupo favorito. Algunas veces grabó cassettes con las melodías que tocaba para regalarlos a sus padres por Navidad. “No sé si lo escuchaban, pero en todo caso me decían que sí lo hacían. Quiero creer que era bueno”, dice entre risas.

FUERA ESTRÉS. Objetos antiguos y modernos se mezclan en el departamento de De Belaunde. Todo luce ordenado, pero él se confiesa desordenado. “Los cité a ustedes un jueves porque son los días que viene la señora que me ayuda a limpiar. Hice trampa”, dijo. Vuelve a reír. Toda la entrevista transcurre entre risas. Dice que su buen humor solo varía cuando observa actos de prepotencia.

Como muchos, gusta de ver series de televisión. “Soy adicto a Netflix”, afirmó. Gusta de las series de corte político como “Scandal”, “House of Cards” y “Designated Survivor”.

“El problema de Netflix es que acaba el capítulo y ahí nomás tienes el otro. Si no reaccionas rápido empieza otro, entonces termino viendo tres o cuatro capítulos y ya son las dos de la mañana”, dice con naturalidad.

La lectura es otra de sus actividades favoritas. Mario Vargas Llosa es su escritor favorito y el género de ficción uno de los que más lo atraen. También lee al chileno Pedro Lemebel y al inglés Pelham Grenville Wodehouse. “Mientras sea una buena historia el libro me va a gustar”, dijo.

Y para reducir el estrés gusta de nadar y de caminar. “Aprovecho que tengo cerca la Huaca Pucllana y me pongo mis audífonos y salgo a caminar”, contó.

Pide que no lo vean como un “padre de la patria”, sino como un representante del pueblo. “Seguimos siendo las mismas personas, seguimos viendo a las mismas personas, salimos los fines de semana a tomar una chela y creo que mientras más normales seamos más fácil va a ser representar a la gente”, finaliza.

Pide que no lo vean como un “padre de la patria”, sino como un representante del pueblo. “Seguimos siendo las mismas personas, seguimos viendo a las mismas personas, salimos los fines de semana a tomar una chela y creo que mientras más normales seamos más fácil va a ser representar a la gente”, finaliza.