Georgina escapó del terrorismo y hoy es un éxito en el mundo de los zapatos
Georgina escapó del terrorismo y hoy es un éxito en el mundo de los zapatos

Escapó de las garras del terrorismo, emprendió un negocio y un incendio la dejó en la quiebra; pero ella, cual ave fénix, se levantó de las cenizas para volar más alto.

Georgina Laura Celayarán perdió toda su mercadería, insumos y máquinas, un 20 de agosto del año 2013, cuando un incendió arrasó con el local que tanto le costó levantar, en Huancayo. Georgina no se dio por vencida y buscó la forma de salir adelante. Ella ahora da trabajo a varios operarios y se alista a conquistar nuevos mercados con sus famosos zapatos de seguridad, muy requeridos por las empresas mineras, y sus calzados con motivos andinos.

Georgina es la gerente general de su empresa, Wolcan, la única productora en Huancayo en el rubro de calzados de seguridad.

ESCAPÓ DE LA MUERTE 

Georgina se dedicaba a la docencia en Lircay (Huancavelica), pero se trasladó a Huancayo huyendo de la violencia subversiva, pues los terroristas habían asesinado a varios maestros de la zona y ella no quería ser una víctima más.

Ya en la calle Loreto, de Huancayo, se acomodó e inició el negocio de los zapatos con mucho esfuerzo. Cuenta que su madre le había enseñado el arte de la zapatería. Por esas circunstancias de la vida, conoció a alguien especial, su pareja, quién también es zapatero.

LIMA

Ambos, trabajadores independientes con hijos, migraron a Lima en 2008 con la idea de progresar y emprender un negocio en la capital. Fue así que en 2010 comenzaron a fabricar sus primeros zapatos en Lima, pero las ventas no eran las esperadas debido a la gran competencia

REGRESO

El olfato por el negocio fue vital para Georgina. Así que decidió retornar a Huancayo con sus zapatos de seguridad. En poco tiempo, las empresas mineras solicitaban su producto en buenas cantidades y la recomendaban a otras compañías por su buena calidad. Sin embargo, cuando todo parecía marchar de maravillas, el 20 de agosto de 2013, un incendio la dejó prácticamente en la calle y colgada de deudas. 

Pero sus ganas de salir adelante estaban intactas y también la suerte apareció en medio de la tragedia. Fue así que la empresa Ecosen, de Pucará, le solicitó de manera urgente 100 pares de zapatos y le dio un adelanto. Entonces, sin que ella se dé cuenta, todo empezó a caminar sobre ruedas y hoy produce también zapatos artesanales con estampas andinas que tienen buena aceptación.

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