Huaico en Lima: ríos se convierten en toda una amenaza
Huaico en Lima: ríos se convierten en toda una amenaza

Cuando Jovino Soto encontró mientras rebuscaba en el lodo algunos inservibles billetes de los tres mil soles que tenía ahorrados para construir un muro de contención y afrontar los riesgos de un , la impotencia lo invadió. 

Todos los bienes que tenía en su humilde vivienda, ubicada en la calle Las Orquídeas, en la asociación Villa Sol, en Jicamarca, los perdió durante el deslizamiento de lodo y piedras ocurrido la tarde del miércoles, y ha quedado literalmente en la calle.

En similar situación quedó un grupo de familias que vive en las faldas de los cerros y por donde pasó el agua llevándose todo lo que encontraba a su paso. El evento natural ha dejando expuestos a decenas de pobladores a enfermedades, que pueden contraer como producto de las picaduras de los mosquitos aparecidos en el agua empozada o por algún virus aparecido como consecuencia de los cúmulos de desmonte en el lugar.

Otro hecho que preocupa es el espeso polvo que se respira y se pega en la piel, ya que en muchos casos la tierra seca huele feo por los desagües rotos.

Destrucción. Pese a los trabajos de limpieza realizados con maquinaria pesada por los municipios de San Juan de Lurigancho y Huarochirí, las labores son insuficientes y los vecinos no tuvieron mejor idea que continuar con las tareas de remoción de escombros con picos y palas. De este modo, han desenterrando artefactos electrodomésticos, muebles, ropa, mototaxis y hasta autos.

“Desde el miércoles no puedo ingresar en mi casa. La maquinaria pesada solo removió el barro de la entrada, pero por dentro sigue igual y la altura del lodo llega hasta la mitad de la pared. No tengo quién me ayude, ni los vecinos o dirigentes se han acercado para hacer algo”, se lamenta entre lágrimas una sexagenaria que vive en la asociación de vivienda Villa Mocha desde hace 20 años.

Prevención. El temor de ser víctimas de la furia de la naturaleza también está presente en los habitantes de Villa Campoy, en San Juan de Lurigancho, donde se encuentran los ríos Huaycoloro y Rímac, debido al considerable aumento del caudal de ambos ríos y que ya ocasionó un ligero desborde que llegó hasta la autopista Ramiro Prialé causando congestionamiento vehícular y haciendo recordar un similar evento de hace 15 años.

“La Municipalidad de Lima ha realizado toda la madrugada trabajos de limpieza y descolmatación del río Huaycoloro. Estamos limpiando el río Rimac para tratar de encausar las aguas, y liberar el agua que sale y se une con el río Rimac”, expresó Abdul Miranda, gerente de Seguridad Ciudadana de la comuna limeña.

A pesar de los esfuerzos del municipio limeño, los pobladores del lugar expresaron su desacuerdo con las obras de mantenimiento, al argumentar que no se están realizando de la manera correcta.

“Tenemos temor porque la maquinaria no está realizando bien su trabajo ya que está arrimando las piedras que trae el río Rímac a la desembocadura del río Huaycoloro tapándolo, razón por la que se está empozando el agua. Ahora, el caudal del Huaycoloro está chico, pero cuando crezca más llegará con fuerza y al encontrar bloqueado su defogue, el agua saldrá por los costados afectando nuestras viviendas”, afirmó con evidente preocupación un vecino de las más de 500 familias que habitan el lugar.

Amenaza. “El caudal sigue fuerte y ya ha comido como tres metros de la ribera. Tenemos temor de que en cualquier momento se desborde el río Chillón”, cuenta un vecino del sector conocido como “Gallinazos”, entre los distritos de Comas y Puente Piedra. En tanto, reúne sus pocas cosas de valor para trasladarlas a casa de un familiar y así evitar que se pierdan en caso de que la fuerza del río se lleve sus cimientos o se terminé desplomando entre sus aguas, tal como sucedió hace poco con un hotel en Huancavelica.

Los vecinos denunciaron que la comuna de Puente Piedra no ha culminado los trabajos de prevención.

Por su parte, el alcalde de Puente Piedra, Milton Jiménez, declaró a una emisora local que “tenemos ocho kilómetros de río que están desprotegidos. Desde hace dos años no ha habido esta crecida y por eso la preocupación de los vecinos, pero estamos haciendo todos los esfuerzos para evitar un desastre”.

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