Más casos de explotación laboral convierten a Lima en una bomba de tiempo
Más casos de explotación laboral convierten a Lima en una bomba de tiempo

La tragedia en la galería Nicolini, en , donde jóvenes murieron dentro de casetas metálicas al no poder escapar de las llamas, puede repetirse en cualquier momento en Lima Cercado, La Victoria, Ate, Huachipa o Santa Clara, advirtió ayer la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil).

Las paupérrimas condiciones laborales de los tres desaparecidos en el incendio de la galería Nicolini no son de su exclusividad. La falta de extintores, salidas de escape, baños, y la presencia de instalaciones eléctricas clandestinas, así como el hacinamiento de mercadería en reducidos espacios, fue el aterrador panorama que encontró el personal de la Subgerencia de Fiscalización y Control de la Municipalidad de Lima al inspeccionar ayer los almacenes en las azoteas de las galerías de Mesa Redonda, consideradas por la comuna como “bombas de tiempo”.

En el jirón Andahuaylas, en Mesa Redonda, también hay contenedores y -según trabajadores que hablaron con el reportero de Canal N Gino Tássara- “también los encierran”, confirmó el conductor de TV y periodista Jimmy Chinchay.

(FOTO) Jóvenes son traídos de provincia con engaños para luego ser encerrados bajo llave en galerías, almacenes y depósitos en la capital

Fueron seis las galerías que visitó la comuna limeña en compañía del fiscal de Prevención del Delito de Lima, José Quiroz, en las que se constató que los trabajadores a cargo del empaquetado de mercadería -como juguetes y productos de belleza- cumplen esta labor en almacenes sin autorización de Defensa Civil y que están levantados con planchas metálicas que carecen de ductos de ventilación y baños, por lo que se encontraron botellas y baldes con orines.

“Estas instalaciones representan un riesgo para los trabajadores, pues además de no contar con licencia de Defensa Civil carecen de sistemas de seguridad. El edificio está construido para soportar determinado peso, pero al instalarse almacenes y guardarse mercadería este se incrementa y puede debilitar su estructura”, alertó Yuri Romero, subgerente de Inspección Técnica en Edificios de la Municipalidad de Lima, sobre los almacenes en la azotea del pasaje Mesa Redonda 988, que serán desarmados cuando retiren la mercadería.

GAMARRA. “En Gamarra hay galerías, en situación igual o parecida a Las Malvinas. Este año hicimos un mapeo de todo Gamarra, visitamos cuadrantes y galerías principales. En la avenida México con Aviación, en las últimas galerías, vimos a trabajadores encerrados. Se hicieron notar a través de una rejita en la parte de arriba. No podíamos ingresar sin la Policía, debíamos hacer un operativo”, declaró a OJO Guillermo Córdova, presidente del sindicato de Trabajadores de la Sunafil.

Córdova explicó que en febrero la nueva superintendenta de Sunafil, Sylvia Cáceres, desactivó el Cuadrante Inspectivo.

“No hay razón ni justificación para que el Estado no intervenga. En estos almacenes funcionan talleres donde laboran jóvenes traídos de provincia. Se aprovechan de su condición y les hacen trabajar en condiciones que incumplen con los más mínimos derechos laborales”, detalló.

En tanto, Víctor Gómez, secretario general del sindicato de la Sunafil, subrayó que “toda la sociedad conoce que hay explotación laboral en Gamarra” y que “urgen operativos inmediatos” para evitar una tragedia como la de Las Malvinas.

Sin embargo, ambos trabajadores remarcan que realizar una intervención en el emporio comercial de La Victoria no depende exclusivamente de los inspectores, sino también del área de Inteligencia Inspectiva de la Sunafil, un grupo de 10 personas que, a cargo de Juan Requejo, diseñan planes especiales.

Respecto a la escasez de inspectores (hay 390 en Lima y 100 en el interior del país) y la promesa del titular de Trabajo y Promoción del Empleo, Alfonso Grados, de aumentar ese número a fin de año, Gómez denunció que el ministro “pudo haber pedido aumentar el presupuesto de 2015, pero recién, tras el incendio en la galería Nicolini, tiene ganas de hacerlo”.

NIÑOS. Santa Clara y Huachipa son otros dos lugares con explotación laboral infantil. “En Santa Clara se verificó que hay trabajo infantil forzoso. Aprovechan que ellos tienen manos pequeñas y los hacen procesar ladrillos”, contó una inspector de Sunafil. “En Huachipa es lo mismo. Los captan para hacer ladrillos en pequeños hornos clandestinos. Ni siquiera un adulto podría trabajar ahí, es muy riesgoso”, aseveró.

En Ate y San Juan de Lurigancho también explotan a niños.

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