Padre vio morir a hija y esposa en Panamericana Sur
Padre vio morir a hija y esposa en Panamericana Sur

La imagen era conmovedora. El hombre sostenía el cadáver de su hija con amor, como si tratara de hacerla dormir. Le acomodaba el pelo, besaba sus frías mejillas, le hablaba al oído, como tratando de explicarle el por qué de tan absurdo final. El cuerpo sin vida de su esposa y el vehículo quemado en el que se habían embarcado en un viaje sin retorno completaban el doloroso cuadro. Ocurrió esta madrugada.

Un triple choque en el kilómetro 116 de la Panamericana Sur dejó cinco víctimas mortales. Los protagonistas: dos pesados vehículos de carga y un pequeño automóvil que se había malogrado cerca al balneario de Cerro Azul y que en el momento del accidente era remolcado por uno de los camiones con dirección a la capital.

Apenas una hora antes, el auto de placa A2B-546, en el que viajaban Rogelio Coronado Sandoval, su esposa Lidia Lagones Escobar y su pequeña hija Yumi Adriana, de apenas un año y cuatro meses, se descompuso camino a Lima.

Desesperados porque debían llegar a la capital antes del amanecer, pidieron ser remolcados hasta la localidad de Asia. Después de muchos intentos, un camión que trasladaba cáscaras de cacao aceptó ayudarlos. Fue el principio del fin.

Aplastados El pesado tráiler de placa A8U-922 avanzaba lentamente por la carretera. Atado a su parachoques posterior iba el automóvil con la familia Coronado Lagones a bordo. Después de las dos de la madrugada, a la altura del kilómetro 116 de la Panamericana Sur, un pequeño camión que trasladaba chatarra en su tolva hizo su aparición desencadenando la tragedia.

Al parecer, el conductor del camioncito de placa WH-9149 pestañeó mientras conducía a toda velocidad con dirección a Lima, pasando por encima del automóvil antes de terminar empotrado en la tolva del trailer. Fue tal la violencia del impacto que ambos vehículos de carga quedaron envueltos en llamas al explotar uno de los tanques de combustible.

Carbonizados El chofer del camioncito, Santiago Aquilino Chávez Quispe, y su copiloto Rodrigo Salomón Llaver (48) murieron carbonizados. Una tercera persona que viajaba con ellos fue trasladada al hospital de Cañete, donde permanece internada en la Unidad de Cuidados Intensivos. El chofer del tráiler desapareció en el momento del accidente, pero después se entregó a la policía.

Extrañamente huyó antes de que llegara la policía. El auto donde viajaban los Coronado Lagones lucía destrozado. El impacto segó la vida de la mujer embarazada y su pequeña hija de año y cuatro meses de manera instantánea. Sus cadáveres fueron retirados del interior del automóvil por el propio Rogelio, quien sobrevivió a la tragedia de milagro.

El hombre no se separó de los cadáveres de su esposa e hija en ningún momento y permaneció toda la madrugada a lado de ellos.

'El señor no ha querido hablar con nadie. No quiere soltar a su hija. Parece que le habla. Es como si pensara que todavía está viva', contó uno de los agentes de la Policía de Carreteras.