Sedapal raciona agua en Lima y Callao por falta de lluvias en la sierra
Sedapal raciona agua en Lima y Callao por falta de lluvias en la sierra

Lima, la segunda ciudad más grande del mundo situada en un desierto, podría afrontar durante este verano una prolongada sequía debido a la escasez de lluvias en la sierra del país.

Ante este alarmante panorama, producto del cambio climático, el  () decidió aplicar una primera medida para evitar un futuro desabastecimiento.

“Hemos decidido disminuir desde el jueves (mañana) la presión de agua en todos los hogares (de Lima y Callao) que cuentan con el servicio las 24 horas del día”, anunció Yolanda Andía, gerenta de Producción y Distribución Primaria de Sedapal.

En ese sentido, explicó que se trata de una regulación de la intensidad con la que ingresa el recurso hídrico a los domicilios. “Esto se hará desde las 8 de la noche hasta las 4:30 de la madrugada”, detalló.

EFECTOS

Andía explicó que la ausencia de precipitaciones en la Cordillera de los Andes, donde Sedapal almacena el agua en represas y lagunas para llevarla a la capital, afecta el nivel de las principales fuentes de abastecimiento como son los ríos Rímac y Chillón.

“El caudal de ambos afluentes no corresponde al que normalmente se registra en diciembre, por eso hemos realizado pequeñas descargas de las represas que tienen como función almacenar el recurso hídrico para épocas de estiaje”, refirió.

Según el reporte diario del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), a las 10 de la mañana de ayer los caudales de los ríos Rímac y Chillón registraron un déficit de -51% y -75%, respectivamente.

“El promedio del primer afluente es 18,5 metros cúbicos por segundo, cuando lo normal debe ser 39. En tanto, el segundo se mantiene en 1,8 metros cúbicos por segundo, pero debería estar en 7,5”, precisó Juan Arboleda, subdirector de Predicción Hidrológica del Senamhi.

Al respecto, recordó que las anomalías más críticas en las condiciones hidrológicas de los ríos se registraron en el año 1990, pero en esa época no se tenían las reservas con las que actualmente cuenta la empresa estatal.

“Como una medida de previsión, dicha institución está haciendo un control para no tener inconvenientes, considerando que aún hay un retraso en el período lluvioso, que normalmente es de diciembre a abril”, refirió.

GRAVE

Para José Patiño Vera, gerente de Usuarios de la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), la falta del recurso hídrico en Lima y Callao podría empeorar en caso las condiciones climáticas permanezcan.

“La cantidad de agua que permite almacenar las represas de Sedapal debería servir para abastecer a los limeños durante dos años; sin embargo, esto ya no ocurre debido al crecimiento poblacional y el cambio climático”, explicó.

El funcionario manifestó que en los últimos años estos almacenes de agua no se llenan al 100% por la escasez de lluvias. “El año pasado, por ejemplo, tras la época de precipitaciones, terminaron solo con el 85% de su capacidad”, agregó.

Al 15 de diciembre, la Sunass reportó que las reservas del líquido elemento son 30% menores que las de 2011, año que representa el menor volumen acumulado en este período.

Al respecto, Patiño comentó que la medida de Sedapal de reducir la presión de agua por las noches es adecuada, pues está obligada a que la cantidad almacenada, así sea poca, alcance hasta el siguiente período de lluvias. “Como casi la mayoría de limeños descansa a esa hora no hace uso efectivo del agua, y bajando la presión se evita que se pierda agua por las tuberías”, explicó.

INCERTIDUMBRE

El gerente de Usuarios de la Sunass agregó que si aún en enero no se presentan precipitaciones, Sedapal debe aplicar la segunda medida de contingencia, que consiste en recortar el servicio de madrugada en las zonas donde las casas tienen este recurso las 24 horas del día. Esto abarca al 85% del casi millón y medio de usuarios que tiene la empresa.

De persistir las malas condiciones climáticas, el abastecimiento sería aún más restrictivo, debido a que el agua debe alcanzar para todo el año.

“En el escenario extremo, que nunca se ha dado, se activan los 400 pozos subterráneos distribuidos en la capital para atender la demanda. Además, el recurso hídrico sería repartido de forma mucho más limitada”, acotó el funcionario.

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