¿Te ha pasado? Cada vez son más los vecinos que se quejan por bulla de fiestas
¿Te ha pasado? Cada vez son más los vecinos que se quejan por bulla de fiestas

“Mi hija tiene que amanecerse estudiando porque mañana tiene un importante examen en su universidad. Mi esposo y yo también queremos descansar tranquilos, pero no podemos por la bulla en la casa vecina. ¡Vengan por favor!”, es el pedido desesperado que hizo, el pasado 17 de junio, Luzmila Mendoza, una vecina de Puente Piedra, a la central de serenazgo de su distrito para solicitar que sus vecinos bajen el volumen de la música estridente con la que bailaban.

Luzmila Mendoza es solo uno de los tantos casos de ciudadanos cansados de que sus vecinos organizan fiestas y celebraciones que los mantienen en desvelo, atormentados y no les permite dormir.

En entrevista con OJO, la Defensoría del Pueblo recordó que este tipo de celebraciones que perturba la tranquilidad de los vecinos y sobrepasa el límite del ruido permitido deben ser supervisadas e intervenidas por el municipio distrital.

Cifras. Según cifras del serenazgo de Comas, Los Olivos y Puente Piedra, cada fin de semana reciben un promedio de cuatro llamadas de desesperados vecinos cansados de la bulla que se filtra de las casas contiguas.

“Los agentes del serenazgo atienden estos casos, piden a los dueños de la fiesta o evento social que bajen el volumen de la celebración; sin embargo, cuando ya los serenos se retiran, la bulla regresa nuevamente”, señala parte de la carta elevada por las juntas vecinales de Comas a su municipio para que atiendan mejor las quejas.

En San Isidro, San Borja, Miraflores los fiscalizadores suelen acudir con un sonómetro y si comprueban que la celebración excede el límite de ruido permitido se les impone una multa.

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