Si algo nos sobra a los o colegas del volante en general son anécdotas. De distinto calibre y voltaje. Y los compositores o cantantes han sabido sacarles el jugo llevándolas a sendas interpretaciones que, en la mayoría de veces, los han lanzado al estrellato.

A ver, quién puede negar que uno de los temas que hizo famoso a Ricardo Arjona es “Historia de taxi”. Yo diría que fue su trampolín a la fama, junto a “Señora de las cuatro décadas” y “El problema”.

Y es que la canción de marras agarra carne por el protagonismo que adquiere el taxista en la fantasiosa como excitante historia del guatemalteco, cuando zigzagueaba en Reforma (por siaca, Reforma es una de las principales avenidas de México DF).

Y en esta tonada o como se llame está resumido todo el cuento: “¿Qué es lo que hace un taxista seduciendo a la vida? ¿Qué es lo que hace un taxista construyendo una herida? ¿Qué es lo que hace un taxista enfrente de una dama? ¿Qué es lo que hace un taxista con sus sueños de cama?, me pregunté...”. También tenemos “El Taxi”, de Pitbull, que en su pegajoso estribillo dice: “Yo la conocí en un taxi/En camino al club/Yo la conocí en un taxi/En camino al club/Me lo paró/El taxi/Me lo paró/El taxi/Me lo paró/El taxi/Me lo paró…”.

La pregunta es: cuántas neuronas habrá invertido en componerla. Habrá quedado descerebrado el pobre. En todo caso, existe esta clase de letras raperas porque existe mercado, demanda, acogida, público.

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Y un temaza, que siempre lo escucho en “La hora del lonchecito” es “Camionero”, en voz del gran Roberto Carlos.

La canción es intensa, más allá de que uno conduzca un taxi o un carro pesado. “Yo sé, voy corriendo en busca de ella/Corazón tan disparado/Pero yo voy con cuidado/No me arriesgo en marcha suelta/. Yo sé, siempre en esa carretera/Al volante pienso en ella/Ya pinté en el parachoque un corazón/Y el nombre de ella”.

Finalmente tenemos “Chilanga banda”, internacionalizada por el grupo Café Tacvba.

En un fragmento relata: “Mejor yo me echo una chela/Y chance enchufo una chava/Chambeando de chafirete/Me sobra chupe y pachanga”. Exento de la jerga mexicana sería: Mejor yo me tomo una cerveza. Y quizá me ligo a una chica. Trabajando de taxista me sobran tragos y fiestas”.

Y nos despedimos con el chiste: -Cariño, estás preciosa. -Dime algo que no sepa. -Estacionar. ¡Hasta el próximo miércoles!

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