Qué lástima que nuestro país, en medio de tremenda alegría por hacer los mejores de la historia y, antes, haber logrado el subcampeonato de la , tenga que soportar a una clase política presta a la discusión, la diatriba, la oratoria inútil y un accionar lejano a los intereses nacionales. Ahí tenemos el nudo gordiano entre el Ejecutivo, el Legislativo y un pueblo arequipeño que ha tomado como bandera la anarquía. Ya basta, señores, antepongan sus posiciones particulares y denle paz y progreso a este país bendito que nos vio nacer.