Qué tal!

En el fútbol se puede perder, es una de las tres posibilidades, junto a ganar o empatar, ¿verdad? Pero hay formas de perder, la inferioridad, por ejemplo, pero la que más duele es cuando un árbitro mete la mano en el partido e inclina la cancha para favorecer al otro equipo.

Y esto mismo ocurrió la noche del martes en el Estadio Nacional de Lima: el juez chileno , constantemente cuestionado por sus actuaciones, vino con la decisión de hacernos daño, y lo consiguió a punta de cobros polémicos, por decir lo menos.

Brasil nunca nos pasó por encima, estuvimos dos veces arriba, pero ahí estuvo Bascuñán, con la verde-amarella debajo del uniforme negro, para sacarnos de quicio, arrinconarnos y marcar un penal inexistente. Fue el jugador número 12 de Tite o Tité. ¿Qué hará la FIFA con este señor? Como siempre, nada.

Y es que a Perú le falta peso dirigencial y, la verdad, empezamos a extrañar a Edwin Oviedo, quien, cuando presidente de la Federación, tocó las altas esferas en defensa de nuestros intereses. Lamentablemente, habría metido la pata y ahora tiene problemas con la justicia. Históricamente, por angas y por mangas, Chile es una piedra en el zapato para nuestro país, y el balompié no es la excepción.

Insistimos: Nos pusieron un árbitro “roto” para que dirija el partido eliminatorio contra Brasil y, sin chovinismo de por medio, hay que decir que jugó descaradamente en favor de los pentacampeones mundiales. Y cuidado, que lo dice la prensa peruana, pero también la internacional.

La frase “Ladrón” es la que más se repite y con toda razón. Hasta el presidente Vizcarra montó en cólera y habló como aficionado: “Lamentablemente, tengo que hablar como hincha, como ciudadano, el árbitro nos desequilibra el partido que estaba para cualquiera. Creo que un equipo como Brasil no necesita la ayuda del árbitro para desbalancear este partido”, anotó el mandatario.

Así la cosas, en la próxima jornada, hay que ir a Santiago de Chile a poner las cosas en su sitio.

Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico pelotero, hasta mañana.