“En todas partes se cuecen habas”. La connotación de este conocido refrán es que las complicaciones, los problemas y las vicisitudes se presentan en todos lados. Nadie está libre de una situación adversa.
Yendo a términos prácticos, de esto pueden dar fe, primero, Ecuador, país vecino, que la semana pasada hizo retroceder al gobierno de Lenín Moreno y lo obligó a derogar el decreto que eliminaba el subsidio a los combustibles.
La política de que “el que no apedrea no mama”, pues. Y el expresidente Rafael Correa, exiliado en Bélgica, ya proponía ir a elecciones adelantadas. Lo mismo de siempre.
Y en segundo lugar tenemos a Chile, que vive entre toques de queda y bombazos para controlar los desmanes y saqueos luego de que Sebastián Piñera decretara el alza del precio del Metro, punta de la madeja de la animadversión de la sociedad por la carestía y la desigualdad que impera en Chile.
No queremos sacar el cuerpo como país. Aquí hemos tenido grandes paralizaciones y marchas contra los peajes y el proyecto Tía María, por ejemplo. También estamos en ebullición política, como lo está Bolivia que, según los primeros resultados, parece que va a segunda vuelta, aunque eso no le guste a Evo Morales.
Por eso decimos que en todas partes se cuecen habas.
Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.