Cuando todo esto haya pasado -que ojalá sea pronto- y el sea un maldito recuerdo, habrá dos ítems que seguirán vivos e implicarán un cambio sustancial en el quehacer de los peruanos y del mundo en general.

Nos referimos, en primer lugar, a las costumbres de limpieza. La población será más precavida y el lavado de las manos con jabón, además del uso de productos desinfectantes, pasarán a ser de carácter obligatorio por naturaleza. Algo así como ponerse el cinturón de seguridad hoy en día.

Y, en segundo término, con la emergencia sanitaria se abrió paso algo que ya calentaba motores desde hace buen tiempo en nuestro país: el teletrabajo.

Ha quedado demostrado que la generación milénica y los que empezamos a pintar canas podemos suscribirnos a esta modalidad de producción con la eficiencia del caso. Solo necesitas un teléfono o una computadora.

O sea, al final del coronavirus, seremos una sociedad menos expuesta a los contagios de este virus de procedencia china y de otros que aparezcan en el camino. Además, habrá muchas empresas que apuesten por el trabajo desde casa porque eso les demandará una optimización de ahorros, por decir lo menos. entre tanto, #yomequedoencasa y tú haz lo mismo. esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico desde mi rincón editorial, hasta mañana.