Cada cierto tiempo debemos dar cuenta de alguna bestialidad cometida por un ser humano. Esta vez, un sujeto violó, mató y enterró a dos niñas, en Andahuaylas, Apurímac. La población intentó ajusticiarlo y también atacó a la comisaría. Individuos como este no pueden estar libres y lo que le espera a este monstruo es la pena de cadena perpetua.
Así, ya nadie está a salvo. Nuestros niños pueden ser timados por sujetos enfermos hasta en el propio entorno familiar. Los padres son los primeros en estar alertas para aconsejarles y protegerlos.
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