Qué tal.

Un taxista bien informado nos comentaba esta mañana que, mientras no se defina el pedido de adelanto de elecciones para el próximo año, planteado por el presidente Martín Vizcarra, este Congreso debería sesionar en piloto automático y dejar los temas espinosos para otro momento, cuando las aguas se hayan calmado y el país tenga un rumbo seguro.

Aludía de esta manera la conformación del nuevo que está en camino y que ha despertado muchas suspicacias dada la premura con que el Legislativo quiere mandar a su casa a Ernesto Blume y compañía.

La idea del taxista halla asidero y el pueblo seguramente estará totalmente de acuerdo, sin embargo, también hay que contemplar la potestad del Parlamento, dentro de sus funciones especiales, de nombrar a los seis integrantes del Tribunal Constitucional, máxime si ya tienen mandato vencido.

“El apuro que muestra el Congreso no solo no es el peor aliado, sino que se convierte en la base del interés subalterno y mediocridad. De eso ya hemos tenido mucho”, ha expresado Fernando Tuesta, que de esto también sabe mucho.

Hay que estar muy atentos a quiénes se elige finalmente para el órgano máximo de las leyes porque la premura del fujiaprismo y sus aliados es tan evidente como sospechosa.