Sabrosa la pelea entre el zafado Antauro, preso por el Andahuaylazo, y su hermano, el expresidente Ollanta Humala.
Antauro quiere romper la utopía, llegar a la presidencia en 2021 y fusilar a los funcionarios corruptos, empezando por su hermano.
Parece que los últimos resultados electorales, con 13 congresistas upepistas listos para juramentar, tienen con la bilirrubina al tope a Antauro, un extremista sin remedio que luce como principal ayayero a Virgilio Acuña, hermano de César “plata como cancha” Acuña.
Pero Ollanta, quien junto a Nadine, han sido sindicados por la Fiscalía como socios del “Club de la Construcción”, se ha sacudido de la caricatura de “Cosito” y le ha contestado enérgicamente al belicoso de su hermano: “No lo veo al señor Antauro Humala desde el año 2005, él no me conoce y no sabe cómo es mi carácter”.
Se imaginan a Antauro sentado en Palacio de Gobierno. No, no, no; mejor ni se lo imaginen. Una cosa es que necesitemos un presidente con mano dura, que le pare el macho a la delincuencia y a la corrupción, y otra que, en esa desesperación, elijamos a un trastornado, igual o peor que Nicolás Maduro, por ejemplo.
Esto fue todo por hoy, cierro el Ojo Crítico, hasta mañana.