Una manzana podrida, pudre a las demás. Esto parece haber pasado entre Palacio de Gobierno y su vecina, la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Dicho de otro modo, si con los últimos presidentes de la República nos fue hasta el perno, los últimos alcaldes de la comuna capitalina no se quedaron atrás y también vendieron su alma.
Y lo decimos porque el exalcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, pasó a integrar la retahíla de exautoridades que van camino al crepúsculo político.
En su caso por su última y desastrosa gestión municipal y lo más grave: por la acusación de que la empresa brasileña OAS le arrancó su clásico je,je,je,je con una aportación de US$220 mil para su campaña del año 2014.
Bien guardadito que se lo tenía. El popular “Mudo” estaba pasando piola, pero ahora su imagen se desmorona y solo es un espectro del otrora gran gestor municipal que conquistó a los capitalinos con el lema: “Ya vienen las obras”.
Con Susana Villarán, presa en Chorrillos, la historia ya es conocida: solo recordar que sacó tres millones a ODEBRECHT y siete a OAS.
Ojalá algún día acaben estos tiempos de coimas.
Ojalá algún día acaben estos tiempos de coimas.