Renzo Reggiardo se lamentará toda su vida si, finalmente, pierde la elección a la alcaldía de Lima -a manos de Urresti o de cualquiera de los otros candidatos- por ponerse exquisito, engreído y no asistir al debate convocado por el Jurado Nacional de Elecciones.
El estoico Daniel Urresti, agarrado de un discurso directo, de calle y efectista, va ganando terreno y llegará con grandes posibilidades (salvo que pierda el juicio por el caso Bustíos) a la jornada del 7 de octubre.
Y es que, para muchas personas, Reggiardo ha dejado dos sensaciones: que no tiene plan de gobierno y que le falta verbo para debatir.
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