La verdad, a mí no me sorprende el berrinche de en la Corte Federal de San Francisco, en Estados Unidos.

Máxime si la justicia ya le respira en la nuca al expresidente , camino a la extradición por las millonarias mermeladas de Odebrecht.

Y es que Eliane es así, rabiosa, iracunda, problemática, boca suelta. ¿O no recuerdan su legendaria impronta: “Escúchenme bien, pituquitos miraflorinos, escúchenme bien, los apus han hablado: mi cholo es sano y sagrado”. Con rima todavía.

O cuando dijo: “¡Los apristas son unos perritos rabiosos que lo único que saben hacer es ladrar, pero sin absolutamente ningún dato en las manos!”.

Bien brava, ¿verdad?

De manera que lo realizado por Eliane, al escuchar que el juez Hixson le denegaba la libertad a Toledo, pese al millón que ponía sobre la mesa, estaba casi cantado. Ofensas a la sala: “Brujas, lo van a matar, lo van a matar”. Y a rastras la pusieron en la calle, mientras seguía vomitando su pataleta. Que las momias la perdonen.

Y cuidado que ella misma está inmersa en la investigación, y el temor a pasar de la opulencia a la sombra la desespera, y apela a comportamientos como el que brindó en Estados Unidos. Y pensar que esto recién empieza.

Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta el lunes.