“»Yo no quiero ser una estrella; prefiero ser un buen ejemplo para los niños”. Bajo esta filosofía de vida se manejaba Zinedine Zidane, exjugador de Francia y actual entrenador del Real Madrid.
Algo de esto le pedimos a nuestros seleccionados tras el laborioso triunfo sobre Uruguay.
Hemos ganado un partido, pero no la clasificación al Mundial, que es como la graduación de todo futbolista profesional y, a partir de allí, los hombres de Gareca deben pisar tierra, seguir con el mismo hambre de gloria y pensar que hay todo un país que quiere ver a la Blanquirroja en un Mundial de Fútbol. Entonces recién serán las estrellas de niños y grandes.
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