Jaime Asián Domínguez

Jonás, ¿dónde estás? Esta es la pregunta que se hacen tirios y troyanos, propios y extraños.

Y es que resulta insólito que el supuesto guía de la agrupación política que sorprendió en los recientes comicios congresales complementarios no dé la cara.

De momento, el hijo de fundador del , es un fantasma, un espectro, un holograma con barbas.

Cuenta la historia bíblica que Jonás, que significa “paloma”, un día desobedeció la orden de ir a predicar a los ninivitas y alzó vuelo hacia otro lugar, trepándose en un barco. Entonces, se desató una tormenta y un pez gigante se tragó a Jonás. Estuvo tres días y tres noches en la panza del pescado hasta que lo vomitó. Moraleja: no desaires a Dios.

Pero volvamos a este Jonás terrenal. Al israelita. Unos lo hacen muerto, otros secuestrado. Lo cierto es que, cualquiera sea su situación, la verdad tiene que saberse ya mismo. Hasta se ha pedido la intervención de la Policía.

El pescadito ha sacado 15 congresistas y de él, o sea de Jonás, tendría que devenir su postura política y los temas que pondrá sobre la mesa legislativa.

Es más, él tendría que presentarlos en sociedad porque prácticamente todos son unos reverendos desconocidos.

Así que preguntamos otra vez: Jonás, ¿dónde estás?

Paramos aquí, esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta el lunes.

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