Diálogo es lo que tirios y troyanos le piden al Gobierno para enfrentar el rechazo de la mayoría de la provincia de Islay al proyecto minero Tía María.
Y diálogo es lo que ofrece el premier Salvador Del Solar al valle del Tambo, aunque el reclamo imperante es que primero debió dialogar antes de que el Ejecutivo diera luz verde a la empresa Southern.
“El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad”, dijo el gran Juan Pablo II.
Como ven, el diálogo es sagrado.
La gran piedra en el camino es la intransigencia: el gobernador regional de Arequipa sigue con la cantaleta de “Agro sí, mina no” y, entonces, la cosa se ha puesto , atizada –cuándo no- por el Frente Amplio y la izquierda en general.
Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.
Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.
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