Foto: (Facebook: Martín Vizcarra)
Foto: (Facebook: Martín Vizcarra)

¡Qué tal! La pregunta del día es: ¿Cuántos secretos más esconde el expresidente Martín Vizcarra?

El último, destapado en la víspera, indica que “Lagarto”, como lo llama el periodista Carlos Paredes en su libro, se reunió en un departamento -contiguo al suyo- con las fiscales Sandra Castro y Rocío Sánchez, ambas a cargo de las investigaciones por el caso de “Los Cuellos Blancos del Puerto”.

Las fiscales, que por alguna razón se mastican pero no se pasan, alegan que el tenor de la cita fue salvaguardar su seguridad, aunque para un pedido de esa naturaleza el camino correcto era acudir al propio Ministerio Público. Lo cierto es que Dios perdona el pecado pero no el escándalo, y tanto Castro como Sánchez están con roche y no son pocos los que piden que dejen sus puestos.

“Yo no me aferro al cargo”, ha dicho Rocío Sánchez al tiempo de calificar como “irresponsable” la declaración de su colega Sandra Castro que ha desatado otro alboroto político-judicial.

Los mal pensados y también los acuciosos dirán “con razón la investigación de ‘Los Cuellos Blancos’ no avanza”. Lo cierto es que doña Zoraida Ávalos, la fiscal de la Nación, tiene que decir esta boca es mía y poner orden en sus predios. Otra verdad es que Martín Vizcarra todo lo que toca, lo contamina. Antes y sobre todo desde que lo vacaron, tiene el santo de espaldas y lo ampayan a cada rato: caso Richard Swing, las supuestas coimas, la vacunación clandestina y un largo etcétera que le traerá muchos problemas.

Habría que ver, en este momento, cuál es el porcentaje de peruanos que votarían por él para el Congreso de la República. En todo caso, no se necesita ser Hayimi o cualquiera de sus brujos para visualizar que ha decepcionado a mucha gente, para beneplácito los otros partidos políticos que lo ven como un peligro en la consecución de curules en 11 de abril.

Ahorita, Vizcarra es sinónimo de duda, de engaño, de viveza, de decepción, de #VizcarraNoMeRepresenta. Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.