Pecando de mal pensados, diríamos que su renuncia a la presidencia del Consejo de Ministros, el pasado 8 de marzo, obedecía a que ya sabía lo que se venía.

Y lo que se venía lo ha dejado más embarrado que palo de gallinero, y lo empuja además a ese bolsón de políticos que sucumbieron ante las mieles de la coima a cambio de obras. Aunque, según su comunicado, está limpio de polvo y paja y hasta ha renunciado a su inmunidad.

Estamos hablando de , quien, según confesión del ex jefe de en el Perú, Jorge Barata, ante el Equipo Especial Lava Jato, habría recibido 60 mil cocos por la adjudicación de la carretera San José de Sisa, en la región San Martín, de la que fue su presidente.

La revelación de este soborno, abonado al seudónimo “Currículum vita”, ha sorprendido a mucha gente porque Villanueva siempre se pintó como un funcionario pegado a los valores éticos y morales.

Eso sí, vale recordar que Villanueva la hizo de vacador de Kuczynski, hecho que enervó a la vicepresidenta Mercedes Aráoz, que siempre repitió: “El vacador no puede ser presidente del Consejo de Ministros” pese al fastidio del presidente Vizcarra.

La verdad es que, en nuestro país, a nivel político, ya no se puede confiar en nadie. Y por eso el pueblo apoya el adelanto de las elecciones generales para 2020.

Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.