FOTO: (GEC)
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¡Qué tal! Esta elección será al rojo vivo. Son 18 candidatos, pero solo dos de ellos pasarán al partido definitorio. Recuerden, quien no vota, no tiene derecho a quejarse después. Y aquí viene la gran disyuntiva: ¿Por quién votar?

Muchos peruanos ya decidieron, sin embargo, otra buena parte, un 40%, navega en la indecisión y lo pensarán incluso en la misma cola. ¿Y cuál es la oferta electoral?

Hay postulantes populistas que tienen contentos a los que gustan del populismo, en algunos casos populismo barato. No faltan los aspirantes radicales que poseen como espejos a Venezuela, cuando no a Cuba, y satisfacen al público que apuesta por el extremismo, léase recorte de las libertades.

Tenemos también candidatos de derecha o de centroderecha, que apuestan por el liberalismo económico y las políticas a favor del comercio, y que son las mejores alternativas para el votante afín a estas ideologías.

Y, finalmente, hay señores que pretenden Palacio, pero su plan de Gobierno solo es una yuxtaposición de problemas y no se sabe cómo hallarán las soluciones. Esos son los oportunistas, los puro floro. Los debates del Jurado Nacional de Elecciones ayudaron muchísimo, pero algunos entraron al pullazo y desecharon la oportunidad de hablar de lo que le interesaba escuchar a la gente: propuestas.

Alguien dijo que quien vota por los corruptos los legitima, los justifica, y es tan responsable como ellos. No descuidemos este detalle porque la corrupción nunca más debe ser Gobierno. Repito lo que dije ayer: al momento de sufragar, piensa en tu futuro, pero sobre todo en el de tus hijos. La pandemia dejará un montón de retos.

El Perú necesita una refundación, un gran cambio y el Bicentenario es un buen pretexto. Basta ya de presidentes y congresistas que entiendan al Estado y al Parlamento como sus botines para llenarse los bolsillos. En ese sentido, vuelvo a pedirles, por el amor de Dios, #NoBotenSuVoto. Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, el destino del Perú está en vuestras manos, hasta el lunes.