Solo los ilusos podrían esperar que los congresistas, consabidos discípulos del despilfarro, se desprendan de los aportes que les hace el Parlamento por la denominada semana de representación. Si hasta parece un chiste de mal gusto. En sintonía con esta costumbre, no solo seguirán recibiendo la bendita gollería sino que, además, podrán viajar cuando les dé la gana, partir o agrupar los cinco días, y ejercer la “representación” en todo el país, ya no únicamente en el distrito electoral por el cual fueron elegidos. Este es el premio para esos padres de la Patria que cobraron por esta labor pese a estar fuera del país. ¡Qué tal conciencia!
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