Copa América 2019: De palabritas y palabrotas │ OPINIÓN
Copa América 2019: De palabritas y palabrotas │ OPINIÓN

Tras el Mundial Rusia 2018, que devolvió hace precisamente un año la esperanza en el fútbol a millones de peruanos, la  es una de las fiestas que desde Brasil eleva la temperatura y enciende pasiones. Y este fin de semana ha llegado con un encuentro que paralizará a los futboleros, que seguramente -como yo- estarán atentos al monitor con full “chela” en mano o una caipirinha: Perú y Brasil pintan hoy la cancha con la blanquirroja y la amarela.

Brasil hará sus movimientos a ritmo de samba, mientras que Perú aprovechará cada oportunidad con el alma llena de una marinera y con los pies bien firmes como en un rico huaynito. Ambos equipos lideran la tabla del grupo A, aunque los dirigidos por el “Tigre” tienen un gol en contra anotado en un penal a favor de Bolivia, que no nos “pinchó el globo” y afinó la puntería del “Orejas”, la “Foquita” y nuestro Guerrero, demostrando la garra que tienen no solo los once, sino todo los que están en la banca y todo el plantel. ¡Ayayay! Y volteamos el partido sin hacer la finta, cantando tres golazos de nuestros muchachos.

Habrá que sacarse la mugre sobre el césped y desde nuestras butacas habrá que gritar a todo pulmón hasta quedarnos afónicos y hacer un partido bien chévere, “pajita pulenta”, bacán, que le regale a todos los peruanos una alegría, una de esas que dan la sensación de estar bailando en su salsa y que deje en el olvido -al menos por un ratito- la ola de feminicidios, maltratos, discriminación, corrupción e indiferencia con los más necesitados; y que el fútbol nos una como compatriotas, como hermanos.

Ya es hora de ponerse la blanquirroja bien pegadita al pecho y sacar las garras no solo en una pichanga, en un partido de fulbito o con un “full vaso”, hay que hacerlo en el día a día; cuando se madruga con el cielo a oscuras para chambear, cuando se mete acelerador a los sueños, cuando estar aguja o misio no es impedimento para hacer las cosas bien, cuando se levanta la cara y la sonrisa ante las situaciones adversas, pero sobre todo cuando uno se mantiene firme en sus convicciones y no hay un “no” que lo detenga. Nos ponemos de pie, mano al pecho que ya está por empezar un nuevo partido, suena el silbatazo y ¡que viva el Perú, señores!

Ya es hora de ponerse la blanquirroja bien pegadita al pecho y sacar las garras no solo en una pichanga, en un partido de fulbito o con un “full vaso”, hay que hacerlo en el día a día; cuando se madruga con el cielo a oscuras para chambear, cuando se mete acelerador a los sueños, cuando estar aguja o misio no es impedimento para hacer las cosas bien, cuando se levanta la cara y la sonrisa ante las situaciones adversas, pero sobre todo cuando uno se mantiene firme en sus convicciones y no hay un “no” que lo detenga. Nos ponemos de pie, mano al pecho que ya está por empezar un nuevo partido, suena el silbatazo y ¡que viva el Perú, señores!