Qué tal.

Cuba era Fidel Castro. Y Fidel Castro era Cuba. Para bien o para mal. Pero, como dice el dicho, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Y un día de febrero de 2008 le cede el poder total a su hermano Rául para dedicarse a atender su salud, que incluía una operación quirúrgica intestinal.

Esporádicamente daba entrevistas y lo veíamos caminando en traje de buzo. Pero ya no era Fidel, pese a que mantenía la clásica barba. Y Raúl empezó a abrir la Isla. Hasta que llegó el final. Fidel Castro falleció la noche la noche del 25 de noviembre de 2016. Ocho años le dio batalla a la muerte. Y 90 años de una historia fascinante empezaron a escribirse.

Raúl es Castro, pero no es Cuba y tampoco es Fidel. Pero sí revolución. Y en eso no dio su brazo a torcer pese a las presiones de Estados Unidos, por ejemplo. Ya hoy con 86 años cumplidos cree que ha llegado la hora del descanso del guerrero y acaba de entregarle la posta a Miguel Díaz-Canel. Sí, los Castro ya fueron en Cuba, aunque se supone que Raúl estará por ahí midiendo los pasos de su sucesor, que es un hombre de la misma camada comunista.

“La revolución sigue y seguirá viva”, prometió Díaz-Canel al asumir la presidencia de Cuba. Advertidos estamos.

“La revolución sigue y seguirá viva”, prometió Díaz-Canel al asumir la presidencia de Cuba. Advertidos estamos.