Qué tal.

La población sigue mirando con desdén las elecciones del 7 de octubre. La campaña no prende, en primer orden, por el desencanto general luego de los escándalos de corrupción que ha vivido el país, y, en segundo plano, porque la pelea entre el Ejecutivo y el Congreso ha dominado la coyuntura.

En ese sentido, los debates municipales de este y el próximo domingo se hacen necesarios; qué necesarios, imprescindibles para tener más luces sobre los postulantes, algunos de los cuales son reverendos desconocidos para los votantes.

En buena cuenta, será una irrepetible oportunidad para que los aspirantes al sillón capitalino se presenten en sociedad y, sobre todo, expongan las propuestas que tienen para Lima, una ciudad en las garras del caos, el humo, la delincuencia y sin una estrategia definida sobre cómo enfrentar su crecimiento.

Del primer duelo, yo quiero ver los versus Salinas-Reggiardo y Urresti-Zurek. Y del segundo, o sea el domingo 30, Velarde-Cornejo y Gómez Baca-Columbus. Lamentablemente Belmont le corre al inghfaiting porque hubiese sido interesante verlo ante Beingolea. Segundos afuera.

OJO CON ESTO:

HAY MÁS...