Qué tal.

Del #VáyanseTodos hemos pasado al #YaNoSePuedeConfiarEnNadie. Y es que esa es la purita verdad. La desconfianza gobierna al país y uno ya no sabe dónde poner la cara. Si los venezolanos fugan de la insania de Maduro, nosotros nos hundimos en el fango de la corrupción y los arreglos bajo la mesa.

Hasta el presidente de la República, Martín Vizcarra, que parecía caminar derecho, resulta que tenía sus encuentros a escondidas con el peor de sus contrincantes políticos: Keiko Fujimori.

Ahora esta gracia le demandará un costo impredecible porque la gente, cansada de tanta decepción del accionar de las autoridades, saca una serie de conjeturas y no precisamente en la línea del aplauso.

Por si fuera poco, en un segundo capítulo de la arremetida fujimorista, Daniel Salaverry, presidente del Congreso, indicó que Vizcarra se juntó dos veces con dirigentes de Fuerza Popular antes de la salida de Pedro Pablo Kuczysnki.

Esto debe ser peor que un baldazo de agua fría para Mercedes Aráoz, quien -ahora y siempre- defendió al defenestrado presidente septuagenario. Parece que la lealtad tampoco tiene cabida en este Perú político de hoy.

¿Y ahora, quién podrá defendernos?

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.

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