El atún es una rica y jugosa salida para el que no tiene tiempo de cocinar cosas más elaboradas. Abres una lata, algo de limón, sal, cebollita picada en cuadritos, galletas y chau hambre. Comida popular, señores.

Otros lo prefieren a la vizcaína, tipo guiso, y también es muy sabroso. En realidad, hay muchas formas de alimentarse con una latita de atún, ya sea en conserva, trozos o filetes. Por ejemplo, encima de una cama de lechugas y con pedazos de palta es una maravilla.

Por todo esto, resulta un hecho imperdonable que nos estén vendiendo en los mercados conservas de caballa contaminadas con gusanos, importadas de la China. Qué se han creído.

Se trata de un atentado porque están afectando la salud de la población, y las autoridades tienen que golpear fuerte la mesa. Sobre todo porque este producto, de marcas conocidas además, también llega al programa Qali Warma que, como sabemos, asiste a miles de niños. Ese es el agravante.

Una pregunta que varias personas se hacen es porqué tenemos que consumir atún de procedencia china si somos un país netamente pescador: el octavo en el mundo y el primero en producción de harina de pescado. ¿Y la di-ver-si-fi-ca-ción productiva?

Que no nos agarren de lornas o cojinovas.

Esto fue todo por hoy, guardo mi lápiz (que no es chino), hasta el lunes.

Esto fue todo por hoy, guardo mi lápiz (que no es chino), hasta el lunes.