Qué tal.

La maldita corrupción, mismo pulpo gigantesco, ha extendido tus tentáculos por todas las esferas de la vida nacional y ha llegado con todo al fútbol, aunque la cosa ya olía mal desde los tiempos de Manuelito Burga, ¿verdad?

Y es que resulta nauseabundo cómo el presidente interino de la  y los mismos integrantes del directorio se prestaban para la cochinada: pedían rumas de entradas durante los partidos eliminatorios que terminaban en la reventa con el mayor descaro.

Se trata de un tremendo negociazo que ya está en conocimiento de la  y de la Conmebol, y se espera que en cualquier momento empiecen a rodar cabezas en la Federación para vergüenza de nuestro balompié que tiene a su presidente titular, Edwin Oviedo, en prisión.

La pregunta es: ¿será que ya todo está podrido en la sociedad peruana? La política apesta y sabe Dios qué saldrá del acuerdo con Odebrecht que hoy fue entregado por los fiscales del equipo Lava Jato al Poder Judicial para el control de legalidad.

Gareca tendrá que ponerse una coraza para que esta hediondez no lo alcance y tampoco alcance a los jugadores que tienen compromisos tan importantes como la Copa América y las mismas Eliminatorias. Como dijo Maradona, la pelota no se mancha.

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