Qué tal.

¿Ustedes creen que estos congresistas, muchos de los cuales no volverán nunca más al Parlamento, van a arriesgar los dos años de sueldo y gollerías que les queda por delante? Algunos se hacen los valientes, pero solo de la boca para afuera.

Más vale pájaro en mano que cientos volando, es la premisa que los gobierna, a excepción de Verónika Mendoza y sus discípulos de Nuevo Perú y el mismo Frente Amplio que sí apuestan abiertamente por el cierre del Parlamento y la convocatoria a nuevas elecciones generales. O sea, la postura extrema.

“La reforma es necesaria, vale la pena arriesgarse por ella”, dijo el Premier Salvador del Solar. En cambio, los apristas, en voz de Mauricio Mulder, le ponen reparos por todos lados, tanto o más que sus socios, los fujimoristas.

Que el Congreso apruebe la cuestión de confianza no significa una derrota, como tampoco un triunfo para la gestión de Martín Vizcarra. Así no funciona la democracia. Lo ideal sería que, como ya se dio esta figura, ambos poderes piensen en la desazón que reina en las calles y retomen en diálogo para sacar la reforma política, que sí resulta necesaria.

A esta hora estamos en los segundos afuera y veremos si finalmente el Congreso salva el pellejo.

A esta hora estamos en los segundos afuera y veremos si finalmente el Congreso salva el pellejo.