Qué tal.

O sea que la Comisión de Constitución, presidida por la fujimorista Letona, quiere llevar de las orejas al presidente Kuczynski ante el grupo que investiga el caso Lava Jato y que es comandado por otra naranja, Rosa Bartra. Un juego en pared tan hilvanado que hasta el propio Ricardo Gareca aplaudiría.

Y parece que el pase largo viene de los pies de la misma Keiko Fujimori. Sus subordinados en el Congreso, desde que se conocieron sus eventuales vínculos con este escándalo, hicieron lo imposible para que no sea convocada a la Comisión Lava Jato y un día, oh, sorpresa, se apareció en la sala citada por Rosa Bartra.

El oficialista Gino Costa y el aprista Mauricio Mulder se quedaron con la boca abierta por el cambio repentino en la posición de la mandamás de Fuerza Popular que, además, no les permitió preparar las preguntas adecuadas.

Quizá por eso Keiko salió bien campante de la reunión, triunfalista y, antes de subirse a su carro, lanzó al viento la siguiente acusación: “Kuczynski sí conoció a Marcelo Odebrecht y Jorge Barata”. La guerra ya estaba declarada.

A nosotros nos parece que aquí hay una estrategia soterrada del fujimorismo que tiene al mandatario en el bull. Y lo peor que podría pasarle al Perú es que jueguen con su democracia.

Esto fue todo por hoy, voy a sacarle punta al lápiz, hasta mañana.

Esto fue todo por hoy, voy a sacarle punta al lápiz, hasta mañana.