Qué tal 

Disculpen mi exagerada confianza, pero creo que mañana Perú empieza a sellar su vuelta a los mundiales. Y la euforia total será el próximo miércoles, en el Estadio Nacional. Créanme, así ocurrirá.

Y entonces nuestro país se volverá redondo. Miraremos el mundo a través de una pelota. Por fin podremos sacarle la lengua a los chilenos insolentes. Dejaremos de ser parias dentro del balompié mundial. Estaremos en otro level.

El niño sonreirá como nunca y querrá ser como “Orejas”. El que peina canas y vio España 82 dirá: “Recordar es volver a vivir”. 36 años de frustración se irán al diablo. La comidilla será Gareca y sus tigres y todos irán a los altares del aplauso interminable. Las chicas hablarán más de fútbol. Los clubes locales se potenciarán.

La televisión ganará más dinero. Oviedo tendrá plata como cancha. Se incrementará el mercado de consumo. La gente saldrá a comer y romper la tarjeta de crédito. Volarán los televisores. Habrá mayor demanda de diarios deportivos. Gamarra seguirá vendiendo millones de camisetas. Kuczynski habrá encontrado la mejor cortina de humo para tapar su inacción.

En resumen, la clasificación a Rusia 2018 será el elixir para ser felices. Y si hacemos un buen campeonato mundial, el mundo literalmente se acabará.

Esto fue todo por hoy, paro mi pelota, guardo el lápiz, hasta mañana.

Esto fue todo por hoy, paro mi pelota, guardo el lápiz, hasta mañana.