Qué tal.

Con  oleado y sacramentado como reemplazante de , al nuevo mandatario hay que exigirle cosas precisas, que nacen del reclamo popular:

1) Que no se deje mangonear por la mayoría opositora. Bajo el alegato de que ellos lo pusieron, pueden exigirle un peaje, pero Vizcarra debe recordar que la gente detestaba la falta de autoridad de PPK y no puede caer en la misma falencia.

2) El pueblo, en su mayoría, quiere que se vayan todos y el Congreso también está con roche. De manera que está obligado a ponerse fuerte o no será visto como parte de la solución sino del problema. Y eso sería fatal.

3) Es imperativo que se rodee de un gabinete solvente, con las uñas cortadas, expedito, con vocación de servicio. Empezando por el o la Premier. No más ministros de escritorio y que negocien obras con el sello: “Tú ya sabes cómo es la nuez”, dando pie a la aparición de Mamanis urracos.

4) Pulverizar la corrupción, venga de donde venga. Por ejemplo, el desencadenante del caso Odebrecht todavía está por verse y el mandatario no puede casarse con nadie porque el gran juez, la población, estará atenta a la jugada. Solo así Vizcarra llegará al final del mandato constitucional.

4) Pulverizar la corrupción, venga de donde venga. Por ejemplo, el desencadenante del caso Odebrecht todavía está por verse y el mandatario no puede casarse con nadie porque el gran juez, la población, estará atenta a la jugada. Solo así Vizcarra llegará al final del mandato constitucional.