En el fútbol hay una frase que se escucha muy a menudo: “nosotros matamos por el entrenador”. Por ejemplo, los muchachos de la selección “matan” por Ricardo Gareca y nadie se le pone belicoso cuando lo saca de la cancha.
Algo de esto ocurre con Keiko Fujimori en Fuerza Popular. Detenida o no, los “naranjas” le tienen una conmovedora devoción. Ponen las manos al fuego por ella y su palabra es ley, como vemos en el Congreso de la República.
Es más, hay congresistas invitados o de reciente llegada al partido que son más keikistas o fujimoristas que la misma Keiko. Estamos hablando de Daniel Salaverry y Lourdes Alcorta, paladines a ultranza de la excandidata presidencial.
No sabemos cómo lo hizo, pero hay que reconocerle a Keiko esa autoridad y mando sobre su agrupación. En la marcha de ayer estuvieron casi todos, empezando por un incondicional como Becerril, la Chacón y el fiel Miki Torres.
Tampoco sabemos qué decidirá la justicia sobre ella, sin embargo, de algo puede estar segura: tiene unos partidarios bien amaestrados y prestos a defenderla contra viento y marea.
Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.
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