Qué tal.

Reflexionaba esta mañana que somos un país dominado irremediablemente por la informalidad. Campea en muchos ámbitos del quehacer nacional y ya es parte de nuestro floclor.

Pero cuidado que la informalidad, como hemos visto anoche en Fiori, camina con la guadaña en mano, dispuesta a llevarse todo por delante sin mayores contemplaciones.

Y tiene aliados crónicos, entre ellos la clandestinidad, pero sobre todo la desidia y el desgobierno de las autoridades que solo actúan cuando ya tienen la desgracia encima.

Cualquiera sea la causa del  del fatídico , que enlutó a más de una decena de familias, la revisión y el control de los vehículos de transporte interprovincial han bajado los brazos.

Ese bus, como tantos otros, en las narices de la SUTRÁN, pululaba por el lugar y utilizaba paraderos clandestinos a la caza de pasajeros que no gustan de utilizar las empresas formales.

Por lo demás, esa zona siempre ha olido a tragedia. Y es que, en ambos lados, reina el caos por la presencia de un centro comercial, un mercado, buses y paraderos informales, chupódromos y prostitución.

En ese sentido, las municipalidades de SMP e Independencia tienen mucho que responder. Basta de reaccionar sobre las lágrimas derramadas.

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