Duelo. Dolor de corazón. Alma herida. Tristeza total. Pena incomparable. Impotencia. Lágrimas por doquier. Pesar. Desconsuelo. Angustia. Un nudo en la garganta. Sinsabor. Congoja. Sueños quebrados. Ilusiones rotas…

Esta es parte de la sintomatología que vive el país tras enterarse de que Paolo Guerrero no jugará el Mundial Rusia 2018.

Pero también se escucha la maldición al TAS. El repudio a la WADA. Preguntas como: ¿Por qué tuvo que apelar luego de recibir los 6 meses? ¿Qué será de la Selección sin su capitán? ¿Qué pasó con su defensa jurídica? ¿Por qué nos tiene que pasar esto a nosotros, ahora que volvemos a los mundiales después de 36 años? ¿Ustedes creen que a Messi y Neymar les aplicarían los 14 meses?

La verdad es que nos quedamos cortos para expresar lo que siente y dice en este momento la afición con el tema Paolo ya consumado. El 9 recibió un cruel castigo y ahora está destrozado, como reveló su madre, doña Peta que, a propósito, ha disparado con ventilador y no ha dejado títere con cabeza.

No sé dónde leí que todos los momentos de placer se hallan contrapesados por un grado igual de dolor o de tristeza. Este es un caso: Paolo nos llevó al Mundial y él no podrá jugarlo.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.