Qué tal.

¿Quién dice que todo está perdido en nuestro país? En ocasiones, como hoy, palpita el desprendimiento, la sensibilidad, la conmiseración y el amor por el prójimo.

Y cómo no si el corazón de una niña de 6 años muerta en Piura vive ahora en el pecho de un niño limeño de 9 que estaba destinado a la postración si no recibía el trasplante.

Tremendo corazón, además, el de los padres de la niña donante. Aprobaron que una parte de su hija siga viviendo y, en contadas horas, el corazón de su angelito que tuvo que alzar vuelo al cielo ya irrigaba el milagro terrenal.

Los aplausos van también para el equipo multidisciplinario de EsSalud, por la extracción y rápido trasplante del corazón, y a la FAP por ponerle corazón para que el órgano llegue de Piura al hospital Rebagliati en el tiempo necesario.

Pero no hay que quedarnos ahí. Sigamos propulsando la cultura de la donación. Según el director del INCOR, Luis Mejía, unos 6 mil peruanos aguardan ser trasplantados a nivel nacional.

En buena cuenta, hay 2, sí, 2 donantes por cada millón de habitantes. Y esto tiene que cambiar. Se los pedimos de corazón.

En buena cuenta, hay 2, sí, 2 donantes por cada millón de habitantes. Y esto tiene que cambiar. Se los pedimos de corazón.